jueves, 19 de mayo de 2011

Suspiros.

Salio, tan ilusionada y emocionada como era desde aquel momento en que sintió que su corazón también podía latir hasta casi explotar. Salio hacia el patio, entro de nuevo, se coloco el saco y salio hacia la calle, camino y camino, buscando, pensando, como siempre, con un suspiro en el bolsillo, como siempre, con los labios partidos, de tantos nervios, se los había mordido. Ella caminaba como en puntas de pie, y una sonrisa que florecía cuando pensaba en el… Solo caminaba, con aquella ilusión, solo con un suspiro en el bolsillo y un cuaderno en su bolsito. Llego, se sentó, miro al cielo, miro a su alrededor, y a la fina lluvia que la rozaba, por la brisa que movía el agua de la fuente que tenia detrás. A las hojas ya caídas, a los árboles que desnudaba el otoño, esperaba aunque no supiera con exactitud el cuando, solo esperaba, solo lo estaba esperando, porque un día iba a llegar, mientras ella dejaría escapar al final de cada día un suspiro que guardaba, y que le costaba no dejar escapar. Tres campanadas de la iglesia sonaron, y el reloj anunciando, las 06:00 de la tarde. Mientras se entraba el sol, como hacia habitualmente, soltó su pequeño cuaderno en el que escribía, todo lo que callaba, pero que aunque sin decirlo sentía, dejo escapar el suspiro que contuvo desde su despertar por la mañana, se puso de pie, y con la mirada triste pero llena de esperanza pensó “No será hoy”. Camino unos pasos sin mirar al ocaso, que hermoso le recordaba momentos. Por eso no lo vio, y marcho. No le interesaba observar demasiado su alrededor, ya que aquel era el único lugar que a ella le parecía no cubrirse por el “toque” monótono que tienen las ciudades. Entonces llego hasta el final del sendero de aquel parque, donde con un suspiro menos terminaba el día. Ella no pudo darse cuenta en el momento, entonces esa persona tendría algo que hacer. Le tomo la mano derecha suavemente, la miro a los ojos, ella se lleno de lagrimas, pues toda la emoción contenida que había guardado, y por momentos descargado a escondidas en lagrimas, salio en ese momento. Solo la beso. Solo cumplió aquel sueño, aquel anhelo, aquella promesa, solo termino la espera de ella, que si el no hubiera llegado, hubiera vuelto a esperarlo cada día, y tomados de la mano, descubrieron que existía algo, que era un verbo, porque existía, no era un sustantivo mas, era el verdadero amor, ellos descubrieron que el amor no es un sustantivo que se ve o se toca, el amor no se veía con los ojos, se sentía, se esperaba, se anhelaba, se creía. Así nunca mas volvieron a separarse. Pues con una mirada, creaban una radiografía al sentimiento. Ella entre lágrimas beso su mejilla. Y partieron juntos hasta el final de sus vidas.



No hay comentarios: