viernes, 24 de junio de 2011

Aprendí.


De alguna manera… contigo aprendí a vivir, y me cambiaste de un modo muy extraño. Y aprendí a mentir mirando a los ojos, cuando siempre fui tan transparente, aprendí a fingir sonrisas, y a dedicarte suspiros, a olvidar el dolor, a regalarte todo mi cariño, solo a ti. Y a decir más “Si” cuando en este mundo solo se puede responder “No” por desconfianza ante el dolor. Me enseñaste a sonreír, entre lágrimas.

Lentamente dejaste una huella en mi que no se borrara jamás, y te ocupaste de que cada día te extrañe, y que te quiera un poquito mas. Yo me ocupe y me ocupare de colocar besos, en tus heridas que todavía no hayan podido sanar. Mientras tu sigues enamorándome y entierras en mi alma, cada mirada que me deja helada. Mientras sigues ocupándote de que no te pueda sacar de mi cabeza, desde que me despierto hasta que me duermo, solo para soñar entre suspiros. Tu seguirás dándole colores, sabores y sentimientos al pedacito de mundo que pudimos salvar, para nosotros, y yo seguiré cuidándote siempre.

Cada mañana que despierto tu eres lo primero que veo, cada canción que escucho me hace pensar en tus palabras, cada sueño que tengo tiene que ver contigo, y hasta a veces despierto pensando que todo es un sueño. Y es que si lo es, un sueño casi utópico, un sueño, un dulce palpito, un suspiro de lo mas bello, una razón de existir, tu.

No hay comentarios: