viernes, 25 de febrero de 2011

Día dos.Capitulo I. Nuestros corazones rotos

Uno de los peores dolores del alma, es un dolor que se conecta con el corazón,  no por venas y sangre,  si no por sentimientos,  e ilusiones. “El desamor” Sentir el corazón roto, por el momento no sabemos qué hacer, decir, si seguir, o dejarnos caer, tantas preguntas fueron las que me hice, lo primero que pensé fue  ¿Qué Hare? Y solo quedaba una vela encendida en mi, era la de la esperanza,  normalmente,  a las personas,  cuando pensamos que nada puede mejorar,  lo único que nos alienta,  es esa pequeña velita que queda encendida en el fondo de nuestros ser, donde en algún momento sentimos nuestro corazón, antes de que no los robaran,  y que sin desearlo,  o quizás sí,  lo rompieran en pequeños pedacitos, que luego la brisa arrastro muy lejos de la felicidad.  



Esa velita de la esperanza,  
jamás se apaga, porque la esperanza no puede morir,  y siempre esta para hacer que nos levantemos de ese
rincón olvidado en el que lloramos cuando estamos en momentos malos.  Esa velita, es lo único que hace que sepamos, que después de cada mañana lluviosa,  
hay una tarde en la
 que sale el sol. Después de cada momento
de tristeza,  hay mas momentos que juntos,  
logran la Felicidad.  Que solo alcanzamos nosotros,  
si tenemos las ganas, si no olvidamos que todo puede ser mejor.

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